Los esfuerzos del sector del transporte de energía para reducir la huella de carbono en sus operaciones

Los esfuerzos del sector del transporte de energía para reducir la huella de carbono en sus operaciones

En diciembre de 2015 se aprobó el compromiso internacional para reducir el calentamiento global en el mundo. El acuerdo fue discutido entre 195 países durante la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP21) en París, en sustitución del Protocolo de Kioto.

Una de las formas de alcanzar los objetivos de este acuerdo consiste en reducir la “huella de carbono”.  Para Conecta, empresa que facilita los procesos de transmisión de electricidad en Guatemala, es particularmente importante crear las bases de un futuro sostenible por medio de la innovación y la excelencia operativa, además de trabajar por un planeta más verde y sostenible.

¿Qué es la huella de carbono?

La Huella de Carbono es el cálculo de la emisión total de gases de efecto invernadero (GEI), incluidos el dióxido de carbono (CO2) y el metano (CH4), asociados a las actividades humanas en el planeta. La cuenta incluye las emisiones derivadas de la producción, uso y disposición de productos o servicios.

En el ámbito de la energía eléctrica dicha reducción consiste en no emitir CO2 en exceso que puede ser absorbido de forma natural a través del proceso de fotosíntesis de los bosques y la vegetación nativa, a través de la disminución de la producción y el transporte de electricidad que provenga de las plantas de carbón y aumentando la de fuentes renovables como el viento, la energía solar y la biomasa.

Reduciendo la huella de carbono en el transporte de energía eléctrica

Ante la amenaza del cambio climático, es fundamental que las organizaciones tengan una mayor preocupación por la sostenibilidad. Por ello, es muy importante que las empresas de todas las industrias se comprometan a reducir su huella de carbono y contribuir a crear una huella más ecológica. 

La transmisión de electricidad inteligente para reducir la huella de carbono se basa en la optimización de los activos existentes de líneas de transmisión aéreas, cables subterráneos, transformadores y subestaciones, de modo que se requieran capacidades de generación mínimas en el futuro. 

Con el objetivo de contribuir a una Guatemala más sostenible, Conecta implementa una serie de acciones innovadoras que contribuyen a la reducción de la huella de carbono. En ese sentido, se realizan alianzas y se impulsan iniciativas de reforestación y el cuidado ambiental en general. Además, se implementan paneles solares en la Subestación Pacífico para alimentar los Servicios Auxiliares de estas instalaciones. 

Una operación sostenible también dependerá del uso de equipos más eficientes, tanto para los operadores de la industria como para los consumidores, al utilizar tecnologías que permitan el desarrollo de hogares inteligentes o vehículos eléctricos híbridos enchufables.

La importancia de transportar energía limpia

La energía alternativa y sostenible está en auge. De acuerdo con un reportaje del diario El País, “las inversiones marcan tendencias concluyentes en renovables y el vehículo eléctrico en detrimento de los combustibles fósiles”. La industria energética ha descubierto que la innovación reduce los costos y por ello ha comenzado a vislumbrar un futuro con fuentes alternativas. La generación solar y eólica están batiendo récords en la red eléctrica a nivel global y es poco probable que la tendencia disminuya: 

El Foro Económico Mundial ha asegurado que por primera vez la energía eólica y la solar fueron responsables del 10% de la electricidad global en 2021. Consumir energía 100% verde es la forma más eficiente de compensar las emisiones de CO2. Aún así, actualmente, la fuente de energía más utilizada sigue siendo el carbón, con un consumo mundial superior al 28% frente a casi el 13% de las energías renovables como la hidroeléctrica, la eólica y la solar.

Recurrir a estas opciones implica la adopción de un modelo que es mucho más sostenible en el largo plazo. Además, tienen la capacidad de satisfacer la demanda mundial de energía con menores impactos ambientales, reduciendo los contaminantes del aire, la deforestación, la contaminación del suelo y del agua. La mayoría de expertos coincide en que este modelo permite la descentralización del sistema energético, con una implementación flexible que atienda las necesidades de diversos sectores de la sociedad.

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