La Alfalfa
Galería #1
En las inspecciones ambientales realizadas para la construcción de la Subestación de Energía Eléctrica Chiantla, ubicada en el departamento de Huehuetenango, se estableció que en el lugar existe un sitio arqueológico, el cual fue denominado La Alfalfa.
Para la obtención de las licencias de construcción fue necesario realizar un programa de rescate e investigación arqueológica. Se planificaron 55 excavaciones con la finalidad de identificar las áreas de ocupación prehispánica y así establecer las medidas de mitigación y protección necesarias.
Galería #2
La investigación arqueológica nos indica que el sitio fue ocupado durante la época prehispánica (aproximadamente entre los años 700 y 900 después de Cristo), era una pequeña aldea, que albergó a un grupo modesto de agricultores, con una reducida élite que los gobernaba. Es posible que fuera una aldea dependiente de la gran ciudad de Zaculeu, la cual era la capital del reino Mam, que para el periodo Postclásico (900 a 1524 d.C) alcanzó la hegemonía en la parte central de lo que hoy es el departamento de Huehuetenango y el occidente de la Costa Sur de Guatemala.
Galería #3
La exploración arqueológica consistió en la perforación de 50 pozos de sondeo, distribuidos por todo el terreno en donde sería construida la subestación de energía. La finalidad era establecer áreas de ocupación prehispánica y su relación con los montículos que forman el área principal del sitio.
Galería #4
También fueron excavados los tres montículos principales, logrando establecer que el Montículo 2 corresponde a una construcción de carácter ceremonial, mientras que el Montículo 1 mostró rasgos habitacionales o de residencia de élite. Asociado a éste montículo está una plataforma de baja altura la cual pudo ser el área doméstica o cocina.
La construcción fue realizada en piedra y solo en el Montículo 1 fueron registrados restos de muros hechos con mampostería.
Galería #5
Luego del proceso de excavación, se procedió a realizar el enmonticulado, el cual consiste en volver a darle la cobertura vegetal a los montículos.
Luego de tapar las excavaciones se procedió a darles forma de montículo, con el mismo material excavado, tomando en cuenta la forma en que fueron encontrados. Sobre ésta capa se plantó nuevamente grama originaria de la región. Con ello se pretende conservar de una mejor manera los vestigios arqueológicos.